Las sillas, los sofás, las largas jornadas de trabajo sentadxs y hasta el transporte ya sea en coche, moto, transporte público o bici, hacen que la cadera pase demasiado tiempo en flexión y ejerciendo una posición para la que no estaba pensada en sus inicios.
Todos estos cambios de hábitos y de forma de vivir afectan directamente sobre nuestro cuerpo y su funcionamiento. En el caso de la cadera, una de las patologías más frecuentes, es la bursitis de cadera.
En este post vamos a entender un poco más en qué consiste, por qué es tan común y lo más importante: qué hacer si tienes bursitis de cadera.
Qué es la bursitis de cadera
La bursitis de cadera hace referencia a la inflamación de una de las bursas de la cadera.
Y ¿qué es una bursa? Podemos entender las bursas como una bolsa de líquido que sirve de amortiguador entre hueso, músculos y tendones de una articulación, ayudando a disminuir la fricción y facilitando que los movimientos sean más suaves y fluidos.
Síntomas de la bursitis de cadera
Cuándo una bursa se inflama, movimientos habituales como caminar, subir escaleras o cruzar las piernas se vuelven dolorosos porque las distintas estructuras que rodean la bursa (tendones, hueso y músculos) ‘’rozan’’ sobre esa zona que está inflamada e irritada.
En el caso de que sea una bursa más superficial como la trocanterea, también puede doler la presión directa sobre la parte lateral de la cadera, como por ejemplo al dormir de lado sobre la cadera, ya que esa presión ‘’aplasta’’ directamente la bursa inflamada.
Pero ¿por qué se puede inflamar una bursa?
Causas de la bursitis de cadera
Hay tres grandes causas que pueden favorecer la aparición de una bursitis de cadera:
- Traumática: Darte un golpe directamente en la bursa trocantérea, parte lateral de la cadera, por una caída, un accidente o un balonazo, quién sabe.
- Patológica: Cuando existe alguna patología que fomenta la inflamación de la bursa como artritis reumatoide, la gota y la espondilitis anquilosante.
- Mecánica: Cuando la inflamación se debe al desgaste continuo o a la fricción continua de la bursa por:
- Un mal funcionamiento de la cadera, por tener una escoliosis, una debilidad o falta de movilidad muy marcada o una pierna más corta que la otra que acaba forzando la articulación.
- Por una actividad repetida para la que el cuerpo no está entrenado. Por ejemplo, si haces una caminata tras estar mucho tiempo sin andar, empezar a correr sin haber trabajado la técnica o pasar demasiado tiempo en posiciones mantenidas de pie o sentadx.
Sin duda la causa más común es la mecánica y en este tiene mucho que ver los cambios de hábitos que os comentaba al principio. Pasar mucho tiempo en una posición y la vida sedentaria acaba afectando directamente a la movilidad y la fuerza de la cadera que con el tiempo dejan de coordinarse de forma óptima y acaban tocándole las narices a la bursa.
Llegados a este punto, ¿qué hago si mi bursa ya está inflamada?
Qué hacer si tienes bursitis de cadera
Diagnóstico
Lo primero de todo es tener un correcto diagnóstico ya que el dolor en cadera se puede atribuir a muchas cosas no solo a una bursitis.
Para tener un correcto diagnóstico es necesario acudir a un profesional sanitario, médico o fisioterapeuta, que haga las pruebas necesarias en tu caso y te asegure que se trata de una bursitis y cuál es el origen.
En función de este diagnóstico pasamos a la siguiente fase, el tratamiento.
Tratamiento para la bursitis
La primera parte del tratamiento puede cambiar según la causa de la bursitis, pero todas las bursitis tiene una segunda parte del tratamiento común: el ejercicio. Te cuento más.
Primera parte del tratamiento
Como te decía, la primera parte del tratamiento dependerá de la causa. Si esta es:
- Traumática: evitar la actividad que ha provocado el trauma, hielo, medidas antiinflamatorias y descanso.
- Patológica: tratar la patología que ha condicionado la inflamación de la bursa.
- Mecánica por repetición de un gesto o abuso de una postura: evitar ese gesto o esa postura, medidas antiinflamatorias.
La primera fase se basa en intentar disminuir la inflamación aguda y atacar las causas para evitar que el problema se repita, pero la clave de una correcta recuperación se da en la segunda parte del tratamiento, el ejercicio.
Segunda parte del tratamiento
Como hemos visto la mayoría de las bursitis se dan por un mal funcionamiento o una mala coordinación de las estructuras de la cadera, ya sea por falta de actividad física, por abuso de algún gesto o por posturas mantenidas.
La cosa es que aquellas bursitis que no tienen esa causa mecánica (bursitis traumáticas o patológicas) también van a acabar teniendo un mal funcionamiento debido a la inflamación, por lo que reentrenar la fuerza y la movilidad de la cadera es fundamental para solucionar el problema de raíz, y aquí entra el ejercicio terapéutico.
La falta de ejercicio terapéutico tras una bursitis es la primera razón por las que este tipo de inflamación acaba ‘’cronificándose’’.
Y ahora que ya sé que tengo que moverme ¿cómo me muevo?
Lo ideal es que tu fisioterapeuta de confianza te adapte un programa de entrenamiento acorde a tus necesidades y tu forma física pero, como no te quiero dejar con las manos vacías en este punto, aquí te dejo una sesión de trabajo de movilidad y activación de cadera que sin duda puede ser la base de tu recuperación.
Rutina de movilidad y fortalecimiento de caderas
Para prevenir y evitar este tipo de patologías, además de mantenerte en forma de una manera guiada y segura, te invito a formar parte de mi Estudio de Pilates Online, con planes de entrenamiento, clases grabadas y directos que te ayudarán a conseguir tus objetivos de mi mano.
Cuéntame, ¿tienes o has tenido en algún momento bursitis de cadera? ¿cómo conseguiste aliviar el dolor? ¿qué haces para prevenir que vuelva?
Por mi parte, espero que todo esto te haya sido de ayuda y poder verte pronto de un directo del Estudio.
A por unas caderas fuertes Espartanx.
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