La práctica de Pilates aporta mucho a nivel personal y físico. A continuación os hablaré de mi experiencia sobre el inicio de esta práctica y cómo me ha ayudado en diversos ámbitos de mi vida.
¡Allá vamos!
La historia de cómo llegó el Pilates a mi vida
Siempre he sido una persona deportista. Toda mi vida he sido súper competitiva, me he mantenido muy activa y me consideraba físicamente fuerte, hasta que con 20 añitos (creyéndome Thor) llegué a una clínica para hacer mis primeras prácticas como fisioterapeuta, y me encontré en un grupo de Pilates Terapeútico, con una media de edad de 60 años.
Ahí estaba yo, preparada para empezar mi primera clase, con esa idea clara de que eso no era deporte para mi y que era capaz de hacer 8 clases de eso que llaman Pilates, con la gorra… Podéis imaginaros cómo acabé, pero os resumo que con el ego muy dañado y una cura de humildad grande.
¿Qué era esa actividad que parecía tan sencilla y en la que todo el mundo en la sala era mucho mejor que yo? ¿cómo podía ser que algo aparentemente tan simple se me resistiera tanto? ¿cómo pretende la profesora que mantenga hombros lejos de orejas, mentón-esternón, pelvis neutra (y lo que signifique eso) y además respire?
Para una persona competitiva y curiosa aquello resultó ser todo un reto y acabé un año entero yendo todas las semanas a descubrir lo poco que conocía mi cuerpo y lo mucho que tenía que aprender si pretendía mejorar mi salud y la de los demás a través del movimiento.
Desde entonces no he podido sacar el Pilates de mi vida y la obsesión de que todos sus beneficios lleguen a cada vez más gente, ya que sin duda uno de los beneficios de hacer Pilates fue el cambio en mi salud y mi percepción del ejercicio.
La razón de por qué nunca se ha ido el Pilates de mi vida
Son muchas las cosas que el Pilates me ha aportado a nivel personal. A pesar de llevar toda la vida entrenando mi cuerpo y gran parte de ella estudiando el cuerpo en general, a través de estos ejercicios descubrí muchas carencias que nos acompañan a la hora de entender el movimiento y el ejercicio, y nos predisponen a lesiones y problemas de salud que hacen que en muchas ocasiones abandonemos una vida activa.
Pero sus beneficios no se quedan en el plano físico, sin duda el Pilates me ha ayudado a gestionar muchas situaciones tanto a nivel mental como emocional. No somos conscientes de la importancia de escucharnos y conocernos hasta que lo hacemos.
Beneficios del Pilates para la salud

Sobra decir que considero que hacer Pilates tiene beneficios incontables para la salud. Nos obstante, podría definirlos en 6 pilares principales:
Ganar conciencia corporal
Lo que más me llamó la atención en mi primera sesión de Pilates como alumna de prácticas fue que era incapaz de mantener alineados los tobillos las rodillas y las caderas sin que las plantas de los pies se me despegaran del suelo.
Tenía mucha tendencia a la rotación externa y me parecía imposible conseguir esa alineación que la profesora me pedía, hasta llegué a pensar que yo estaba mal hecha y por eso no era capaz (por supuesto la culpa era de mi madre que la pobre mujer no me había hecho bien, en lugar de asumir mi responsabilidad de no saber dónde tenía el pie derecho).
Es curioso lo desconectados que vivimos en muchas ocasiones de nuestro cuerpo, teniendo en cuenta que nos acompaña toda la vida, nos lleva, nos trae, nos permite relacionarnos con el entorno, y sin embargo en ocasiones cuidamos más al coche que a nuestros mismos.
Uno de los principales beneficios que te aporta la práctica de Pilates es el aumento de esta conciencia corporal, ya que te obliga a pararte y a escuchar tu cuerpo, a entenderlo y a aprender a controlarlo desde la consciencia.
Cuando haces deporte o cualquier actividad desde el control de tu cuerpo los riesgos de lesión son mucho menores. Muchas veces terminamos haciéndonos daño no porque el gesto sea peligroso sino porque no somos capaces de controlarlo ya que no escuchamos ni entendemos nuestro cuerpo ni sus movimientos.
Por esa razón los beneficios de hacer Pilates no se limitan sólo al momento en el que estás haciendo la clase, sino que te deja un aprendizaje que va a mejorar tu salud y control motor en cualquier actividad que decidas hacer en tu día a día.
Mejorar la postura
Esta es una de las principales razones por la que la gente se adentra en el mundo del Pilates, y es que el tema de la postura es algo que nos preocupa mucho aunque no siempre tenemos claro el por qué de su importancia.
Hoy día es bien sabido que no hay posturas buenas ni posturas malas, cualquier postura mantenida demasiado en el tiempo puede ser ‘’mala’’ porque nuestro cuerpo no está preparado para ser un ente estático.
La vida actual, los ritmos de trabajo y la sociedad de confort en la que vivimos ha relegado nuestros cuerpos, en muchas ocasiones, a ser meros transportadores de nuestras cabezas desde una pantalla a la máquina de café y el baño.
Y es que la postura nunca ha sido tan importante como ahora porque nunca hemos tenido que mantenerla tanto en el tiempo. Un cuerpo sano requiere movimiento, dinamismo, y para compensar la falta de actividad que nos ocupa nuestro día a día, es fundamental mantenerse activos a través del ejercicio.
El Pilates es ideal para compensar estos malos hábitos y conseguir una ‘’mejor postura’’ ya que trabaja principalmente sobre la musculatura tónica. Esta es la que se encarga de mantener la postura, además de mejorar nuestra consciencia corporal, por lo que nos permite escuchar mejor a nuestro cuerpo y saber cuando algo no está bien para cambiar de posición antes de que suponga un problema.
En resumen, el Pilates nos prepara para mantener una posición más tiempo de una forma más consciente y con una musculatura más fuerte y resistente para evitar problemas y dolencias al trabajar sobre los cimientos de tu postura y generar una base firme.
Mejorar la consciencia respiratoria
Son dos las bases sobre las que se asienta el Pilates, la postura y la respiración. Durante toda la práctica se fomenta el ser consciente de tu inhalación y exhalación, controlar cuándo y cómo la realizas e impedir que hagas trabajo en apnea (sin respirar).
Esta atención sobre la respiración nos permite de nuevo conectar con nuestro cuerpo, prestando atención a nuestro patrón respiratorio y permitiéndonos corregirlo en el caso de que no sea el adecuado.
En Pilates, se requiere una respiración muy concreta en la que la faja abdominal se mantiene ‘’constantemente’’ activa obligando al diafragma a expandirse hacia los laterales, abriendo costillas inferiores durante la inhalación.
Uno de los problemas más comunes que me encuentro en consulta asociado al estrés, es un aumento de tensión y un bloqueo en diafragma debido a respiraciones cortas superficiales que solemos tener cuando vamos con picos de estrés alto.
Al practicar Pilates, te ves obligado a prestar atención a esta respiración, haciendo inhalaciones dirigidas y fomentando esta movilización del diafragma que generalmente tenemos olvidado.
Al final, seguimos hablando de esa toma de conciencia corporal que nos permite conectar con nosotros mismos prestando atención a procesos tan habituales como respirar pero que no siempre los tenemos lo presentes que deberíamos.
Tonificar la musculatura
A pesar de que enfatizo mucho en lo importante de ganar control sobre tu cuerpo y tu respiración, el hecho de tonificar y ganar fuerza es también uno de los beneficios estrella que te aporta la práctica de Pilates.
En Pilates se trabaja de forma constante ejercicios de fuerza con tu propio peso, controlando al máximo la postura y con pautas muy claras para evitar lesiones.
Esto permite que puedas tonificar de una forma mucho más segura pero encontrando rápidamente los resultados en tu cuerpo y tu postura.
Ganar movilidad y equilibrio
Todo el mundo cuando se imagina Pilates piensa en estirar, y si, uno de los beneficios de hacer Pilates sin duda es que mejora la movilidad general al trabajar con estiramientos, pero no con el objetivo de abrirte de piernas o llegar con las manos al suelo (que también), sino con el objetivo de aumentar tu salud.
Y es que si tu movilidad está limitada a lo que puedes estirarte en la silla para llegar a los folios, es fácil ver que los riesgos de lesión cuando salgas de tu zona de movilidad habitual serán mayores. Lo mismo pasa con la estabilidad y el equilibrio.
A través de la práctica de Pilates lo que consigues es mejorar tus capacidades físicas (fuerza, equilibrio, flexibilidad…) para de esta manera mejorar la relación de tu cuerpo con el mundo y evitar lesiones, ya que tu cuerpo estará mucho más preparado para moverse y actuar de una forma más controlada y con mayor margen de actuación.
Ser más elástico y más estable va a hacer que tengas muchas menos posibilidades de caerte y si al final te caes tu cuerpo se adaptará a la caída mucho mejor.
Bajar niveles de estrés
Por último uno de los beneficios que cada vez tiene más importancia bajo mi punto de vista es la capacidad que tiene el Pilates (al igual que otras muchas actividades físicas) de bajar los niveles de estrés.
El ejercicio en general es un gran precursor de la serotonina que nos ayuda a mantenernos más ‘’felices’’ y sentirnos mejor, pero ¿qué aporta de extra el Pilates en relación al estrés?
De nuevo volvemos al principio de todo esto y es la consciencia corporal. El Pilates te obliga a estar presente en la clase ya que son muchos los parámetros que debes controlar para poder realizar bien los ejercicios y los profesores somos muy pesados para que no se te olvide ninguno.
Esta atención constante hacia tu cuerpo, tu postura y tu respiración, te obliga a olvidarte de todas esas preocupaciones que llevamos arrastrando en nuestro día.
El Pilates nos obliga a vivir el presente, y además un presente en el que solo estamos nosotros, con nuestro cuerpo y nuestra respiración, haciendo una actividad que nos sube los niveles de serotonina por ser ejercicio físico y que además nos hace sentir bien porque sabemos que estamos haciendo algo bueno para nuestra salud, ¿cómo no vas a ser feliz?
Por todo esto y algo más el Pilates entró en mi vida para no salir nunca más. Y tú, ¿te animas a practicar conmigo y disfrutar de todos estos beneficios?
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